raye mil veces tu nombre
muy cerca de garabatos
casi corazones abiertos
pero asi me sentia
como una adolecente
era una formalidad
darte mis piernas
o mis reglones
mis senos
o mis letras
porque al final
era una mezcolanza
entregada al portador
del nombre escrito mil veces
para que dividir
o justificar
estaba tan enamorada
era una un hecho, no una realidad
2 comentarios:
Awww... esos amores adolescentes... que se repiten todavía de viejos.
Me encantó.
Las entregas incondicionales, tan propias de la juventud, nunca son del todo buenas.
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