Ni siquiera el sol
Que brilla como naranja madura
Porque entonces
Los mortales soñamos
Con la eternidad
de una ilusión
Quizás aquel verano
Sí fue una vida entera
relativo
Enamorarse y perderse
en el vaiven de pañuelos desechables
llorar y encontrarse de nuevo
Pasó,
al menos se quebró
Y continúo funcionando
soldara al tiempito
no necesariamente a la eternidad,
Después de todo
Quién puede aguantar tanto
Rato triste
Enviado desde mi Nokia
1 comentario:
Awww.. bello.. morí en esos pañuelos deseñables...
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