Que un hilo de pescar
Camina con sus piernas huesudas
Y sus rodillas de naranja
Sobre unos tacones
Estridentes
Viste, un hermoso vestido
De lentejuelas
La flaca se las sabe todas
hace rato que vivía en la acera
Pero no por eso lo demostraba
Quizás
Parecía que aún debajo
De su vicio y su vacío
Era aquella flaca divina
Piernas Palillo de diente
consumidora muy ocasional de coca
Que vivía en un penthouse
Contado bolsas de papel llenas
Pero se había adelgazado
Perdido mil veces
La batalla contra el crack
Ya no era aquella conejita
Sólo un conejillo de indias
Enviado desde mi Nokia
No hay comentarios:
Publicar un comentario