De la cadera
Con esa fortaleza
tan tuya
Son ramas de cedro
Que se sujetan a mi
y me protejen
Como una casa
me llevas como una niña
Tan indefensa
me siento
Sin tus brazos cerca
Pero ya esas ramas no son mías
Ahora toman la cadera de
Alguien más
Y yo digo
que no vale la pena
El día que faltes al gym
Se acaba tu encantó
Porque serán ramas de apio
y débiles brazos
Que no sujetan
Ni una caja de zapatos
Enviado desde mi Nokia
1 comentario:
Mmm... son tus caderas los puertos que aun permiten la mordaza de estribos para aquellos veleros que no juzgan no demandan y solo admiran?. te dejo admiracion por tu constacia poetica. Buena nota.
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